Nicoletta Giustiniani

Discurso en torno al Cristo Giustiniani de Miguel Angel Buonarroti

En 1514, Miguel Ángel se compromete con Metello Vari a entregar una “ figura en mármol de Cristo de tamaño natural, desnudo, de pie, sosteniendo una cruz, en la pose que más le guste al susodicho Miguel Ángel”.
Fue un trabajo más bien azaroso, fruto del cual no nació sólo una, sino dos estatuas.

La más conocida es la que se expone en la iglesia romana de Santa María sobre Minerva, la segunda versión de una escultura que se creía desaparecida, abandonada por el mismo artista quien descubrió, mientras la esculpía, una veta negra en el mármol precisamente a la altura del rostro: “apareciendo en la cara un pelo negro que formaba una línea…”.

Un siglo más tarde se vendió al marqués Vincenzo Giustiniani, posiblemente acabada por Gian Lorenzo Bernini, y luego se perdió su rastro hasta finales del siglo pasado cuando fue “hallada” en la iglesia de San Vincenzo Martire en la localidad de Bassano Romano, en provincia de Viterbo.

El presente ensayo recorre la sorprendente historia de la “primera versión”. El misterio que envuelve al artista que remató el Cristo Giustiniani no se ha totalmente resuelto, aunque resulta fascinante pensar que, por primera vez en la historia del arte, la misma obra podría llevar la firma de dos genios absolutos de todos los tiempos: Miguel Ángel y Bernini.

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